domingo, 1 de enero de 2012

4.4.2 Destrezas de razonamiento.

¿Por qué debemos enseñar a los hijos a razonar y a pensar?
Para la Meditación en la Escritura. Cuando Dios comisionó a Josué para que guiara a su pueblo a la Tierra Prometida, le dio la siguiente instrucción respecto a la Escritura:
"Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito" (Josué 1:8).
Una mera lectura de las Escrituras sin meditar en ellas para instrucción y aplicación personal, no ayudará a nuestros hijos a crecer hacia la madurez cristiana. Queremos que aprendan a meditar (pensar) en las Escrituras de tal manera que lleguen a obedecer.

Para Escudriñar las Escrituras. Así como los de Berea "escudriñaban diariamente las Escrituras" para comprobar que fueran ciertas las cosas que decía Pablo, así también nosotros debemos examinar las Escrituras para probar lo que se nos enseña.


Nuestros hijos necesitan desarrollar esta habilidad para que sepan lo que creen y por qué lo creen, para estar preparados para resistir el ataque violento de enseñanzas erróneas, doctrinas falsas, filosofía de Nueva Era y propaganda sutil.
Queremos que nuestros hijos identifiquen estos errores, los refuten con la Escritura y sean capaces de presentar el amor de Dios a las personas que Él ponga en su camino.
"Estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia" (I Pedro 3:15).
Para Discernir Ideas. El mundo que nos rodea puede ser muy desconcertante si escuchamos todas las opiniones existentes sobre determinados asuntos. Queremos que nuestros hijos puedan discernir entre todas estas voces para detectar las que no honran a Dios. Queremos que también ayuden a otros a librarse de trampas, engaños y mentiras.

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